HISTORIA DE MISIÓN ANINI

Salvando una vida... con amor  2m

…el Reino de los Cielos es de los que se asemejan a los niños*

*Evangelio según San Mateo

Misión ANINI: 
El Jardín de los niños

35 años de vivir el amor a través de los niños, los preferidos de Dios,
nosotros les llamamos Pequeninis.
Si quieres saber la historia, aquí empieza y aquí continua:

Todo se inicio con algo muy sencillo:  tomar la decisión y dar el primer paso...

Durante los años 1983 y 1984 éramos un grupo de jóvenes Emproistas que queríamos hacer algo. Teníamos inclinación por ayudar a los niños, pero nada más. No sabíamos qué era, pero había que iniciarlo. Un día nos reunimos en el Colegio Don Bosco con la Madre Teresa de Calcuta. Ese día, se inició ANINI. La idea inicial era fundar una casa para niños huérfanos. Sabíamos no era un compromiso por un mes o meses, realmente era para toda la vida. Teníamos mucha fe que, con la ayuda de Dios, todo iba a lograrse. Continuamos buscando amigos que quisieran iniciar este proyecto hasta que finalmente formamos el grupo.

...luego ser constantes en hacer la voluntad de Dios

El jueves 17 de octubre de 1985, en la 16 calle 10-31 zona 1 en la ciudad de Guatemala, se realizó la primera reunión de la Junta Directiva de lo que ahora es la Asociación del Niño por el Niño, ANINI. El grupo inicial lo formamos: Jesús, que es el fundador y 12 personas más. ¿Por qué el nombre de ANINI? En esa reunión decidimos que fuera una Asociación con Personería Jurídica, no lucrativa, sin vinculación política, teniendo como campo de acción, los niños huérfanos. Concretamente el objetivo era formar una casa hogar para niños huérfanos. No sabíamos cómo llamar a la Asociación, por lo que cada uno de los 12 integrantes propuso un nombre. Hubo varias propuestas muy buenas, sin embargo, el que más nos gustó fue: ANINI, que son las siglas de ASOCIACIÓN DEL NIÑO POR EL NIÑO. La razón fue porque sabíamos que todos fuimos una vez niños y ahora íbamos a ayudar a un niño. Además, todos llevamos un niño adentro, por lo que como niños íbamos a servir a los niños.  ¡Empezó la aventura!

Por increíble que parezca, el Gobierno de turno, tardó casi tres años en autorizar el funcionamiento definitivo de la Asociación y consecuentemente, la de la Personería Jurídica. Por supuesto, no nos quedamos sentados esperando que eso sucediera. Desde ese mismo jueves 17 de octubre, empezamos a trabajar. Lo primero que hicimos fue visitar la mayoría de las instituciones similares a la que estábamos formando, para ver cómo funcionaban y tomar experiencia. En cada reunión, hacíamos oración especial pidiendo a Dios que nos dijera qué era lo que quería que hiciéramos, que no fuera nuestro deseo sino totalmente: Su voluntad. A todo eso, en cada visita que hacíamos a las diferentes casas hogares, nos hacían ver la problemática de cada uno y había un común denominador: el problema del niño huérfano era preocupante en Guatemala, pero lo era aún más el del niño huérfano con problemas físicos y mentales. Nos indicaban que las instituciones que se dedicaban a albergar niños huérfanos sanos no sabían qué hacer cuando tenían un niño con problemas físicos o mentales, porque en Guatemala, eran muy pocas las instituciones que se hacían cargo de ellos. Esto empezó a hacernos cosquillas en la mente, pero ¿cómo saber qué era lo que Dios quería? Sólo había una forma de saberlo: preguntándoselo.

La Misión se nos fue dada...

Esa noche recuerdo que, al finalizar la reunión de Junta Directiva, en la oración final pedimos a Dios que nos hablara y que nos dijera, qué era lo que quería que hiciéramos. Terminó la reunión como a eso de las nueve de la noche y nos fuimos cada uno a su casa. Esa misma noche y como de costumbre, a las diez de la noche cada uno de los miembros de la Junta Directiva, veíamos un noticiero en el cual transmitieron una documental sobre la problemática que había en Guatemala. Era sobre las necesidades que pasaba el niño huérfano con problemas físicos y mentales. La documental fue realizada en la Antigua Guatemala, en la Casa del Hermano Pedro, institución que se dedica a esta problemática. “Coincidentemente”, varios de los del grupo de ANINI, vimos la documental, incluso algunos nos llamamos por teléfono esa misma noche para comentar lo que habíamos visto. En ese documental el Hermano Franciscano, Fray Guillermo Bonilla, comentó que, en una ocasión había pedido ayuda por ese medio (la televisión) y que lejos que le dieran ayuda, lo que le llegaron fueron más niños. Niños, con problemas graves, ya sean físicos o mentales. No le preguntaban si los podía aceptar, simplemente se los iban a dejar a la puerta y cuando él salía a ver, no había nadie responsabilizándose por la criatura. Al final de esta documental, pedían que los ayudaran, que había muchos niños con esta problemática… No sé si alguien nos crea, pero nosotros lo creemos así: sentimos que teníamos la respuesta. La misión la teníamos clara: servir a Dios a través de los niños con problemas físicos y discapacidades intelectuales.

Todo se inició con algo muy sencillo:  subir grada por grada...

Ya definido nuestro campo de acción, reiniciamos las visitas a entidades similares a esta problemática. Pudimos constatar que realmente lo que decía el Hermano Bonilla era aún más dramático: eran muy pocas las instituciones que prestaban ese servicio. Durante los primeros años el trabajo fue algo así como cuando uno se va a casar: nos preparamos sobre el tema, la construcción de la casa, los planos, diseños, recaudar fondos, organizar la oficina. Mucha ilusión, preparando todo lo que sería el hogar del niño. Nos donaron un terreno de más o menos media manzana de extensión. En el mismo había una casa pequeña. De inmediato empezamos con los planos de construcción. Mucha gente colaboró en esto, desde estudiantes universitarios, hasta una serie de arquitectos.

Un problema fuerte, fue la recaudación de fondos. Hacíamos de todo: rifas, baratillos, bazares, recolectar papel periódico para venderlo, hasta que decidimos recurrir a otros medios, tomando en cuenta que el proyecto así lo requería. El primero que nos abrió las puertas fue: el Club de Leones Guatemala-China, que se constituyó como el principal apoyo moral y económico en la primera y segunda fase de construcción. La tercera y cuarta fases, prácticamente fue construida por una comunidad latina residente en Washington, USA. Un grupo de guatemaltecos y de otros países latinoamericanos, realizaron una colecta por medio de Radio Borinquen de Washington. Lo recaudado se destinó para la construcción de la fase que hacía falta por construir en la casa hogar y alcanzó además para construir un colegio. A nivel de televisión, la participación de los canales 3 y 7 de Guatemala fueron parte importante en el futuro de ANINI. Empezamos la recaudación por este medio, con la creación de un festival de música: el 1er. Festival de la Canción Centroamericana ANINI. El mismo se realizó en Guatemala, el sábado 18 de junio de l988, en el Teatro Nacional y fue transmitido en directo por medio de señal vía satélite a El Salvador, Honduras, Costa Rica y por supuesto Guatemala. A Nicaragua no fue trasmitido ya que un día antes la Guerrilla de ese país destruyó el satélite. Como festival, fue un éxito, como medio de recaudación de fondos, no lo fue mucho. Continuamos realizando unos programas de televisión, que motivaban a las personas a que ayudaran apadrinando a un niño. Esto realmente fue un éxito y es el medio que actualmente permite que se pueda seguir motivando a la gente para que colabore con este proyecto. En enero de l988 se inició la construcción. El sueño se hacía realidad:
“Es necesario que sean constantes en hacer la voluntad de Dios, para que alcancen lo que Él les tiene prometido”.
Carta a los Hebreos, Capítulo 10, Versículo 36

Todo se inició con algo muy sencillo:  subir otra grada

El 18 de septiembre de 1990 se inauguró la casa hogar. El primer niño que ingresó, se llamó Edgar René García. Su problemática: huérfano, con parálisis cerebral, retraso mental profundo, edad cronológica a su ingreso era de tres años, pero la edad mental de un mes. ¡Bienvenido! Edgar vivió con nosotros diecisiete años, hasta el 1 de octubre del 2007, coincidentemente el día en que se celebra en Guatemala el día del niño. Ese día tan especial Dios lo llamó para estar ya con Él. Luego fueron ingresando más niños, todos ellos remitidos por la Magistratura de Menores, por gente que los reportaba abandonados en hospitales o en la calle y nos llamaban para recogerlos. Muchas otras veces, igual que al Hermano Franciscano, Fray Guillermo Bonilla, nos los iban a dejar tirados a la puerta de la Casa Hogar. Cuando ingresaron a ANINI, venían en condiciones realmente conmovedoras y hasta inhumanas. El grupo de profesionales iniciaba la recuperación: médicos, psicólogos, fisioterapistas, educadores especiales, todos coordinados por el más experto de todos los médicos: Jesús.

Era imposible ignorar la pobreza extrema...

En ANINI diariamente los niños reciben alimentación, vestuario, rehabilitación, cuidados médicos, dentales y, ante todo, reciben mucho amor. Aunque son niños con discapacidades intelectuales, se les proporciona educación y formación espiritual. En el transcurso de estos años, había algo que nos conmovía mucho y era el hecho de que, gracias a Dios la casa hogar ANINI es un lugar grande, con todas las comodidades y recursos, mientras que el vecindario de la casa hogar ANINI es un sector de extrema pobreza. Personas que viven en algo que ellos le llaman “casa” pero que no es más que una caja de cuatro paredes de madera, sin piso, sin luz y sin las más mínimas condiciones de salubridad. Donde las camas se juntan con lo que podría llamarse comedor y el sanitario, donde los padres y los hijos comparten la misma “habitación”, quiero decir, “cajón”, con las consecuencias que esto conlleva. Era imposible convivir con esa gente y permanecer indiferente ante su situación de pobreza extrema. Por lo que decidimos formar otro programa que funcionara paralelo a la casa hogar. Le llamamos a este programa: “Amor por la Vida”. Para poder realizar esta actividad, construimos las instalaciones del Colegio y un Sanatorio. Los niños que se inscriben en este programa son niños en extrema pobreza, que viven en un área de más o menos 15 kilómetros a la redonda, de la casa hogar ANINI. Este programa consiste en proporcionales a estos niños: educación, asistencia médica y odontológica, recreación y formación espiritual. Adicionalmente, a los padres de los niños se les entregan alimentos y se les proporciona capacitación, educación sobre cuidados higiénicos, alfabetización y otros.

Actualmente, en la Casa Hogar ANINI, viven 65 niños, jóvenes y adultos; todos huérfanos y con alguna discapacidad física e intelectual. Además, hay 201 niños inscritos en el Colegio ANINI y más de 3,000 niños que reciben los beneficios del programa de Amor por la Vida. Adicionalmente ANINI ayuda, dentro de sus posibilidades, a aquellas personas que se acercan a nuestras oficinas a solicitar una ayuda específica, tal es el caso de muchos niños a los cuales ANINI les ha proporcionado válvulas cerebrales, aparatos para el corazón, prótesis, sillas de ruedas, etc. El personal contratado es de 71 trabajadores entre personal de limpieza, niñeras, enfermeras, administradoras, médicos, psicólogos, fisioterapistas, trabajadoras sociales, educadores especiales, profesores, jardineros, personal de administración, directores, etc. Muchos de estos profesionales ya no continúan con ANINI porque el presupuesto cada vez aumenta más y los ingresos se mantienen. Los padrinos y voluntarios sobrepasan las 2,500 personas y las instalaciones abarcan el edificio donde está la casa hogar, el colegio, las clínicas y una capilla para aproximadamente 150 personas.

Misión ANINI:  un sueño hecho realidad

Es como un hijo, es verlo crecer, como va progresando cada día y el amor que Dios pone en todo. Todo lo escrito anteriormente es historia. A la fecha han pasado ya 35 años desde la fundación de ANINI. Y si hay algo que hemos descubierto es: cómo Dios actúa. Como vivir diariamente la Divina Providencia. Dios conoce las necesidades de ANINI y se ocupa de ellas: eso es bello. Es saber y estar seguro de que todo está en Sus manos.

“No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos alimento?, ¿qué beberemos? o ¿tendremos ropa para vestirnos? Los que no conocen a Dios se afanan por eso, pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso”.
 Evangelio según San Mateo, Capítulo 6, Versículos 31 y 32.

Es cierto que esto lo hicieron muchas personas, pero el verdadero fundador y responsable que ANINI sea una realidad es: Jesús. Por eso decimos que en estos 35 años, hemos visto, al igual que la Madre Teresa, el Rostro de Dios en cada niño de ANINI. Muchas veces nos han preguntado: ¿qué tan difícil o complicado fue hacer ANINI? Y nosotros les respondemos: todo se inicia con algo muy sencillo: tener fe, tomar la decisión y dar el primer paso. Luego, simplemente ser constante en hacer la voluntad de Dios. Y eso hicimos. Cada vez entiendo más las palabras de Jesús:

“…el Reino de los Cielos es de los que se asemejan a los niños”.
Evangelio según San Mateo, Capítulo 19, Versículo 14.

Un niño cuando va a empezar a caminar no piensa en lo complicado que es “caminar”. Él no sabe si podrá o no caminar, simplemente: da el primer paso. En el año 2,019 vimos para atrás y nos dimos cuenta de que había que hacer algo, porque pareciera que la historia de Guatemala es un cangrejo, la pobreza extrema, el hambre, la desnutrición y todas sus consecuencias como lo es la discapacidad física e intelectual, van cada vez más para atrás.

El reto, era: hacer algo por nuestros niños guatemaltecos que estaban sufriendo de hambre y desnutrición. Con esto lográbamos dos objetivos, el que no sufran de hambre y el que por culpa de la desnutrición no padecieran de discapacidad física e intelectual. Y allí nació el programa MLH.

35 años después la historia de ANINI... comienza. Si deseas conocer las interioridades de esos 35 años, en unos meses saldrá a la venta el libro VIVIR: AMANDO. Si deseas adquirirlo en primicia, favor enviar correo electrónico a: [email protected].  El 100% de los fondos de este libro, serán donados para el programa de MLH, MUNICIPIO LIBRE DE HAMBRE.  Allí encontráis muchos secretos, situaciones que sucedieron.   Unas buenas otras no tan buenas, muchos milagros y ante todo, descubrir la gran verdad de la oración del Padre Nuestro: “danos el pan de cada día”. En 35 años, siempre hemos tenido “el pan de cada día”. Esta oración no dice: danos el pan de la semana entrante o de todo el año, dice: danos el pan de cada día. Y eso es lo que pasó. Es vivir la providencia y la misericordia de Dios.

A continuación te presentaremos a algunos de nuestros hermosos "Pequeninis" y algunas frases de la Madre Teresa que durante todos estos años las hemos puesto en práctica.

"El amor comienza en casa
y no es lo mucho que hacemos…
es cuánto amor ponemos en lo que hacemos".

"Sabemos muy bien que lo que estamos haciendo no es más que una gota en el océano. Pero si esa gota no estuviera allí, al océano le faltaría algo".

"Nunca estarás tan ocupado
como para no pensar en los demás".

"Dar hasta que duela
y cuando duela, dar todavía más".

"El hambre de amor
es mucho más difícil de eliminar
que el hambre de pan".

"Si no puedes alimentar a un centenar de personas, alimenta a una sola".

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Hoy es un día muy especial. Harás algo que creemos que nunca lo haz hecho. El juego consiste en dos pasos: PASO 1: ¡ATRÉVETE! Hay temas que a veces no podemos opinar porque no lo hemos experimentado. Este es uno de ellos, por eso es importante que TE ATREVAS a experimentarlo. PASO 2: consiste en que hoy o mañana, depende de la hora...no cenes. Por si no quedó claro, esto quiere decir que a partir de las 4pm, no comas nada. Lo especial es que hoy descubrirás algo que, si desaprovechas esta oportunidad, nunca lo descubrirás. Y consiste en sentir lo que es que HOY un guatemalteco se vaya a dormir sin cenar. Si leíste las estadísticas sabrás que ellos no sólo no cenan y no sólo es un día, son muchos días y no es un guatemalteco, son casi 900,000. Si te atreves, no lo comentes ni a ANINI ni a nadie. Y nunca lo vuelvas a hacer. Este será tu gran secreto y recuerda esto: EL JUEGO ES QUE EL HAMBRE NO ES UN JUEGO. Esperamos que te apuntes. ANINI

Yo me apunto

Quiero comunicarme con Misión ANINI

¡Mensaje enviado!

Gracias por comunicarte con Misión ANINI. Estos 35 años hemos tratado de servir de alguna manera a los niños en pobreza extrema, hambre, desnutrición, discapacidad y ahora con el coronavirus. Esto ha sido posible gracias a Dios y personas como tú. Tienes que tener claro que todo suma, desde tu donativo monetario, en productos, en servicios, o en bienes, hasta pertenecer a un equipo de trabajo, ya sea como Voluntario, Junta Técnica, Consejo Consultivo, Embajador, Socio o Patrocinador. Pedimos bendiciones para ti, tu familia y empresa. Pronto recibirás respuesta a tu mensaje.. MISIÓN ANINI