HISTORIA DE MISIÓN ANINI

Salvando una vida... con amor  2m

…el Reino de los Cielos es de los que se asemejan a los niños*

*Evangelio según San Mateo

Misión ANINI: 
El Jardín de los niños

40 años de vivir el amor a través de los niños, los preferidos de Dios,
nosotros les llamamos Pequeninis.
Si quieres saber la historia, aquí empieza y aquí continua:

Todo se inicio con algo muy sencillo:  tomar la decisión y dar el primer paso...

En 1983 y 1984, un grupo de jóvenes Emproistas con deseo de ayudar a niños decidió iniciar algo, aunque no sabía exactamente qué. Un encuentro con la Madre Teresa de Calcuta en el Colegio Don Bosco dio origen a ANINI. La idea era crear un hogar para niños huérfanos, con un compromiso de por vida. Con fe en Dios, y sumando amigos al proyecto, el grupo se fue formando… y el sueño empezó.

...luego ser constantes en hacer la voluntad de Dios

Ese día se realizó la primera reunión de Junta Directiva en la zona 1 de la Ciudad de Guatemala. El grupo estaba formado por Jesús, fundador, y 12 personas más. Decidimos que fuera una asociación sin fines de lucro, sin vínculos políticos, enfocada en ayudar a niños huérfanos. El nombre ANINI surgió de varias propuestas, y fue el elegido por su profundo significado: Asociación del Niño por el Niño, porque todos llevamos un niño dentro… y desde ese niño interior, nació el deseo de servir a otros niños. Así comenzó esta gran aventura.

Desde el primer día, comenzamos a visitar otras casas hogar para aprender y entender mejor la realidad. Siempre orábamos, pidiendo a Dios que nos guiara según Su voluntad, no la nuestra. En cada visita, descubrimos una verdad dolorosa: en Guatemala, el mayor abandono no era solo de niños huérfanos, sino de aquellos con discapacidad física o mental. Las instituciones no sabían qué hacer con ellos. Esa inquietud empezó a crecer… y comprendimos que debíamos preguntarle a Dios con el corazón: ¿Eso es lo que quieres de nosotros, Señor?

La Misión se nos fue dada...

Una noche, después de orar en la Junta Directiva pidiendo a Dios claridad, varios de nosotros vimos —sin habernos puesto de acuerdo— un documental en televisión sobre los niños huérfanos con discapacidad, realizado en la Casa del Hermano Pedro en Antigua Guatemala. En él, Fray Guillermo Bonilla contaba cómo, en lugar de recibir ayuda, le dejaban niños con graves problemas en la puerta, sin nadie que se hiciera responsable. Ese testimonio nos conmovió profundamente. Esa misma noche, varios nos llamamos para comentarlo. Sentimos que Dios nos había dado la respuesta. Nuestra misión estaba clara: servir a los niños con discapacidad física e intelectual.

Todo se inició con algo muy sencillo:  subir grada por grada...

Con el enfoque claro en niños con discapacidad, volvimos a visitar instituciones similares y confirmamos lo que decía el Hermano Bonilla: había muy pocas que atendieran esta necesidad. Los primeros años fueron de preparación: como cuando uno se va a casar, soñábamos y trabajábamos con ilusión en lo que sería el hogar para los niños. Nos donaron un terreno con una casa pequeña y, desde entonces, empezamos a construir: planos, diseños, fondos, oficina. Muchos colaboraron, desde estudiantes universitarios hasta arquitectos solidarios.

Hicimos rifas, baratillos, bazares… hasta vender papel periódico. Luego buscamos apoyo más sólido. El primero en creer en nosotros fue el Club de Leones Guatemala-China, que respaldó la primera y segunda fase de construcción. La comunidad latina en Washington, USA, construyó la tercera y cuarta fase, gracias a una colecta liderada por Radio Borinquen. Incluso se logró construir un colegio. La televisión también jugó un papel importante: canales 3 y 7 impulsaron un festival de música que se transmitió por satélite a Centroamérica. Aunque no recaudó mucho, sí abrió el camino al sistema de padrinos, que hasta hoy sigue sosteniendo esta obra. En enero de 1988 comenzó la construcción. El sueño se hacía realidad.

"Es necesario que sean constantes en hacer la voluntad de Dios, para que alcancen lo que Él les tiene prometido." Hebreos 10, 36

Todo se inició con algo muy sencillo:  subir otra grada

El 18 de septiembre de 1990, se inauguró la Casa Hogar. El primer niño en ingresar fue Edgar René García: huérfano, con parálisis cerebral y retraso mental profundo. Tenía tres años, pero su edad mental era de un mes. Vivió con nosotros 17 años, hasta el 1 de octubre de 2007, Día del Niño, cuando Dios lo llamó a su presencia. Después de Edgar, comenzaron a llegar más niños, enviados por jueces de menores, hospitales y, muchas veces, abandonados en la puerta de ANINI. Llegaban en condiciones dolorosas e inhumanas. Pero al ingresar, empezaba el milagro de la recuperación, gracias al trabajo de médicos, psicólogos, fisioterapistas, educadores… Todos bajo la guía del mejor médico: Jesús.

Era imposible ignorar la pobreza extrema...

En ANINI, los niños reciben alimentación, atención médica, rehabilitación, educación y, sobre todo, mucho amor. Pero al ver la realidad de las familias vecinas —viviendo en casas sin piso, sin luz ni condiciones dignas— entendimos que no podíamos quedarnos indiferentes. Así nació el programa “Amor por la Vida”, para atender a niños en extrema pobreza que viven cerca de la Casa Hogar. Construimos un colegio y un sanatorio, donde estos niños reciben educación, atención médica, recreación y formación espiritual. A sus padres también se les apoya con alimentos, capacitación, educación en higiene y alfabetización. Porque el amor no solo se da… también se multiplica.

Actualmente, 52 niños, jóvenes y adultos con discapacidad viven en Misión ANINI. En el Colegio Misión ANINI estudian 201 niños, y más de 3,000 reciben atención a través del programa “Amor por la Vida”. También brindamos ayuda puntual a personas que nos lo solicitan: válvulas cerebrales, prótesis, sillas de ruedas, medicamentos, según nuestras posibilidades. El equipo está conformado por 71 trabajadores, entre niñeras, médicos, psicólogos, fisioterapistas, educadores, personal administrativo y más. Aunque algunos ya no continúan por falta de recursos, seguimos haciendo todo lo posible. Contamos con el apoyo de más de 2,500 padrinos y voluntarios, y nuestras instalaciones incluyen: casa hogar, colegio, clínicas y una capilla para 150 personas. Todo esto se sostiene con fe, esfuerzo y amor.

Misión ANINI:  un sueño hecho realidad

Han pasado 40 años desde su fundación, y ver cómo ha crecido es como ver crecer a un hijo. Día a día, Dios ha puesto Su amor en cada paso, y hemos aprendido a vivir de Su Divina Providencia. Él conoce nuestras necesidades… y se ocupa de ellas. Eso nos da paz, porque sabemos que todo está en Sus manos.
"No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos alimento?, ¿qué beberemos? o ¿tendremos ropa para vestirnos? El Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso." San Mateo 6, 31–32

Es cierto que esto lo hicieron muchas personas, pero el verdadero fundador y responsable que Misión ANINI sea una realidad es: Jesús. Por eso decimos que en estos 40 años, hemos visto, al igual que la Santa Madre Teresa, el Rostro de Dios en cada niño de Misión ANINI. Muchas veces nos han preguntado: ¿qué tan difícil o complicado fue hacer Misión ANINI? Y nosotros les respondemos: todo se inicia con algo muy sencillo: tener fe, tomar la decisión y dar el primer paso. Luego, simplemente ser constante en hacer la voluntad de Dios. Y eso hicimos. Cada vez entiendo más las palabras de Jesús:

“…el Reino de los Cielos es de los que se asemejan a los niños”.
Evangelio según San Mateo, Capítulo 19, Versículo 14.

Un niño cuando va a empezar a caminar no piensa en lo complicado que es “caminar”. Él no sabe si podrá o no caminar, simplemente: da el primer paso. En el año 2,019 vimos para atrás y nos dimos cuenta de que había que hacer algo, porque pareciera que la historia de Guatemala es un cangrejo, la pobreza extrema, el hambre, la desnutrición y todas sus consecuencias como lo es la discapacidad física e intelectual, van cada vez más para atrás.

El reto, era: hacer algo por nuestros niños guatemaltecos que estaban sufriendo de hambre y desnutrición. Con esto lográbamos dos objetivos, el que no sufran de hambre y el que por culpa de la desnutrición no padecieran de discapacidad física e intelectual. Y allí nació el programa MLH.

40 años después la historia de Misión ANINI... comienza. Si deseas conocer las interioridades de esos 40 años, en unos meses saldrá a la venta el libro VIVIR: AMANDO. Si deseas adquirirlo en primicia, favor enviar correo electrónico a: [email protected].  El 100% de los fondos de este libro, serán donados para el programa de MLH, MUNICIPIO LIBRE DE HAMBRE.  Allí encontráis muchos secretos, situaciones que sucedieron.   Unas buenas otras no tan buenas, muchos milagros y ante todo, descubrir la gran verdad de la oración del Padre Nuestro: “danos el pan de cada día”. En 40 años, siempre hemos tenido “el pan de cada día”. Esta oración no dice: danos el pan de la semana entrante o de todo el año, dice: danos el pan de cada día. Y eso es lo que pasó. Es vivir la providencia y la misericordia de Dios.

A continuación te presentaremos a algunos de nuestros hermosos "Pequeninis" y algunas frases de la Madre Teresa que durante todos estos años las hemos puesto en práctica.

"El amor comienza en casa
y no es lo mucho que hacemos…
es cuánto amor ponemos en lo que hacemos".

"Sabemos muy bien que lo que estamos haciendo no es más que una gota en el océano. Pero si esa gota no estuviera allí, al océano le faltaría algo".

"Nunca estarás tan ocupado
como para no pensar en los demás".

"Dar hasta que duela
y cuando duela, dar todavía más".

"El hambre de amor
es mucho más difícil de eliminar
que el hambre de pan".

"Si no puedes alimentar a un centenar de personas, alimenta a una sola".

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¡En Hora Buena! Haz dado el primer paso

Hoy es un día muy especial. Harás algo que creemos que nunca lo haz hecho. El juego consiste en dos pasos: PASO 1: ¡ATRÉVETE! Hay temas que a veces no podemos opinar porque no lo hemos experimentado. Este es uno de ellos, por eso es importante que TE ATREVAS a experimentarlo. PASO 2: consiste en que hoy o mañana, depende de la hora...no cenes. Por si no quedó claro, esto quiere decir que a partir de las 4pm, no comas nada. Lo especial es que hoy descubrirás algo que, si desaprovechas esta oportunidad, nunca lo descubrirás. Y consiste en sentir lo que es que HOY un guatemalteco se vaya a dormir sin cenar. Si leíste las estadísticas sabrás que ellos no sólo no cenan y no sólo es un día, son muchos días y no es un guatemalteco, son casi 900,000. Si te atreves, no lo comentes ni a ANINI ni a nadie. Y nunca lo vuelvas a hacer. Este será tu gran secreto y recuerda esto: EL JUEGO ES QUE EL HAMBRE NO ES UN JUEGO. Esperamos que te apuntes. ANINI

Yo me apunto

Quiero comunicarme con Misión ANINI

¡Mensaje enviado!

Gracias por comunicarte con Misión ANINI. Estos 35 años hemos tratado de servir de alguna manera a los niños en pobreza extrema, hambre, desnutrición, discapacidad y ahora con el coronavirus. Esto ha sido posible gracias a Dios y personas como tú. Tienes que tener claro que todo suma, desde tu donativo monetario, en productos, en servicios, o en bienes, hasta pertenecer a un equipo de trabajo, ya sea como Voluntario, Junta Técnica, Consejo Consultivo, Embajador, Socio o Patrocinador. Pedimos bendiciones para ti, tu familia y empresa. Pronto recibirás respuesta a tu mensaje.. MISIÓN ANINI